martes, 11 de septiembre de 2012

La distancia que nos une


 La distancia es un puñal hecho de recuerdos, que poco a poco destrozan el alma. Para sobrevivir el alma se resiste, niega esa separación buscando restos de rutina. Pero pasa el tiempo y cuando nada es igual, un  trozo esencia se desgarra... lo vemos en el suelo, como un traje roto dejando escapar amores, esperanzas...cariños.



 Y es ahí donde el amor apela a  nuestra capacidad de adaptarnos... porque en algún lugar alejado, invisible hay otra persona perdiendo ese mismo trozo de alma. Es entonces cuando podemos intercambiar nuestras pieles, nuestras sonrisas, nuestros recuerdos.


La distancia es un acto de fe; fe, en que al otro lado del mundo alguien al verse en un espejo reconoce que esa mirada fue arrancada del alma de un ser amado

... que las manos ya no son propias, sino que dibujan estelas cantadas en otro continente.
Las manos vuelan a las primeras arenas que las formaron, dentro de si queda esa sangre, ese líquido indivisible y más fuerte que cualquier mar o distancia.





La voz, los ojos se traslucen entre las innumerables barcas de la memoria.
Y permiten que el perfume de tu pelo navegue a esas manos que la esperan.
Por que el amor crea esos seres... seres que el tiempo no separa...
... Y la distancia hará grandes en cada paso.