martes, 9 de octubre de 2012

Gabriela y Victor conocen a Xandraluz


Gabriela y Víctor corren entre las rocas hacia el mar. Siempre el mismo sitio, por más que sus padres insistieran en ir mas cerca del socorrista, del chiringuito o un lugar con menos piedras. No. Gabriela y Víctor siempre corren al mismo sitio entre las rocas para llegar al mar. Al tocar el agua con sus deditos comienzan su charla con un niño que sólo ellos ven, XandraLuz.

         Lo conocieron hace dos veranos, el día en que una medusa picó a Gabriela en la pierna; Ella estaba muy enfadada y con despecho arrojaba piedras al mar, diciéndole que jamás volvería a tocarlo. Víctor, el pequeño, la reprendía -No es culpa del mar y deja de tirar piedras- pero Gabriela, no paraba. Entonces, entre las olas apareció un niño de pelo platino que se confundía con la espuma de las olas bajo el sol. El niño reía cada vez que Gabriela arrojaba una piedra.
 
-         ¿Pero de qué te ríes? - Dijo Víctor, un poco agraviado ya que él estaba intentando defender al mar.
-                   Me río de la risa del mar- respondió el pequeño.
-                   ¿Quién se ríe? Estoy enfadada- interrumpió Gabriela y continuó- ¿y tú quién eres?

Pero entonces el pequeño se vio contrariado, tocándose sin cesar los brazos susurrando.- Este...claro...ya hablo con ellos-.

-¿Pero con quien hablas?- Preguntó Gabriela, sin esperar respuesta.
-                   Eres raro. - Sentenció Víctor sumergiéndose otra vez bajo una ola.
-                   Hablo con el mar y no soy “raro”. - respondió enfadado el desconocido.
-                   Bueno, como te llamas- Dijo la niña con una mueca.
-                   Me llamo XandraLuz--
-                   Yo soy Gabriela y ese es mi hermano Víctor ¿Es verdad que hablas con el mar?
-                   Si, claro...-Espetó él.-          
-         Venga Gabi, no le creerás...-

-                   Pues si, mamá dice que el mar está vivo y que hay que cerrar los ojos para escucharlo.-
-                   Ah, bueno...yo no cierro los ojos, pero si... está vivo.- Reflexionó Xandraluz.
-                   ¿Si? pues dile que yo ya no juego con él...la medusa me hizo daño. -
-                   Ya sabe que estás enfadada...pero verás, el mar no puede hacer nada. Hay muchas medusas porque no hay equilibrio...este mundo es muy raro. - dijo con tristeza.
-                   “Este mundo”.- repitió Víctor con interés- o sea hay más, ¿Como la guerra de las galaxias?-
-                   ¿La guerra de qué?...tú si que eres raro-
-                   Xandal..Xan...bueno, y de donde eres.- Preguntó Gabriela
-                   De aquí, de Málaga.-
-                   Los malagueños no hablan con el mar.- Formuló Víctor con entereza
-                   Y tú que sabes... puede que algunos lo olvidaran...pero en otros mundos...    !Tú Quieta!- Gritó el pequeño acercándose hacia Victor, hizo un gesto con la mano y vieron como una medusa se retiraba.
      Entonces, desde las rocas, salió un pequeño cardumen de peces diminutos que llegaron a los pies de Gabriela.

-                   A que no los pillas.- miró Xandraluz a la niña.
-                   Sigo Enfadada.- respondió y giró la cara en señal de desprecio.
-                   Venga, no seas rencorosa...¿Puedo Jugar?- Y antes de recibir respuesta Víctor se lanzó tras los peces que se adentraron en el mar...pero se detenían cuando Víctor ya no tocaba la arena. Reía a Carcajadas y Xandraluz le seguía...después cada uno por un lado hundiéndose en el agua de manera torpe y ruidosa.

-                   ¡Gabriela!- Llamó la madre, Gabriela se acercó presurosa. - Cariño- dijo la madre - ¿Tu hermano está jugando sólo?-
Gabriela sorprendida se volteó, ella claramente veía a los dos niños...comprendió enseguida. 
-                    No lo ves ¿Verdad mami?-
-                   ¿Ver qué?-

Gabriela se alejó corriendo con una sonrisa, conocía a un niño del mar. Entonces se zambulló en el agua cojió a Xandraluz por el brazo, miró sus ojos negros azabache, ella se sonrojó y dijo...

-                   Prométeme que no dejarás que me pique otra medusa-
-                   Pero que dices chiquilla, si solo soy un niño...pero vale, estaré atento ¡Víctor, misión...proteger a Gabriela!- Y ambos comenzaron a seguirla...y así estuvieron toda la tarde y todas las tardes de verano desde aquella, porque Gabriela y Víctor conocieron a Xandraluz un niño de ojos negro, pelo color platino que habla con el mar y con los peces, pero que sólo ellos ven y por eso corren entre las rocas hacia el mar. Siempre el mismo sitio, por más que sus padres insistieran en ir mas cerca del socorrista, del chiringuito o un lugar con menos piedras.



Y colorín cantado, este cuento se ha acabado.



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